La introducción de un nuevo producto de movilidad, como es el vehículo eléctrico, tropieza con diversos obstáculos. Los gobiernos que juegan un papel clave en el desarrollo de un sistema de electromovilidad pueden influir activamente en todo el mercado en el lado de la demanda y la oferta.
Sin embargo, el quid de un informe de la Agencia Internacional de Energía sobre estrategias de despliegue de vehículos de nueva tecnología es que el alcance de los instrumentos de política que influyen en el desarrollo del mercado debe ir mucho más allá de las regulaciones estatales directas tradicionales y los incentivos financieros.
Se debe dar prioridad a la gestión de redes, donde el Estado juega el papel de facilitador. Se deben establecer plataformas que incluyan a todos los actores en el sistema de movilidad para desarrollar una estrategia común y económicamente viable para el despliegue de vehículos eléctricos. Es probable que un enfoque de este tipo lleve más tiempo, pero también sea más exitoso que los programas masivos dirigidos a objetivos independientes seleccionados.
Por supuesto, un enfoque de administración de red requiere que existan regulaciones legislativas. Los incentivos financieros pueden desempeñar un papel importante, pero solo complementario. Están generalmente en manos de las autoridades públicas y se aplican a nivel nacional. Tradicionalmente, representan el núcleo de la estrategia de un gobierno que luego se complementa con otro tipo de instrumentos.
Los instrumentos de comando y control no son costosos para el presupuesto público ni consumen mucho tiempo para el gobierno. Su eficacia se deriva de su naturaleza legalmente vinculante que obliga principalmente a los proveedores de sistemas EV a proporcionar productos que cumplan con los estándares de calidad o seguridad. Además, las regulaciones de emisiones o los procedimientos de concesión de licencias que incluyen criterios ambientales pueden obligar a los desarrolladores y fabricantes a adoptar tecnologías más limpias y crear una tendencia hacia los vehículos eléctricos.
Se puede fomentar el lado del consumidor incluyendo criterios ambientales al adjudicar contratos para la compra de vehículos de servicio público; a través de mandatos que exigen la inclusión de vehículos eléctricos en las flotas del sector público (o requieren que los minoristas de vehículos vendan un porcentaje fijo de vehículos eléctricos por año); eximir a los usuarios de EV de regulaciones restrictivas (como restricciones de estacionamiento y conducción).
Los instrumentos de comando y control para la movilidad eléctrica, generalmente se adaptan a los cambios en el mercado y la tecnología a lo largo del tiempo. Síguenos para ver cómo se implementan los cambios necesarios para mejorar la sostenibilidad global.